CBD para el dolor

Combate el dolor crónico o agudo con ayuda del CBD para el dolor. El extracto de cannabis se ha demostrado efectivo como analgésico y antiinflamatorio natural. Disminuye los receptores del dolor en el sistema nervioso y ayuda a aliviar la inflamación, interviniendo tanto en la causa como en los síntomas. 

¿Cómo funciona el aceite CBD para el dolor?

El CBD es una sustancia natural que se encuentra en la planta del cáñamo y que ha sido utilizada para fines medicinales por múltiples culturas a lo largo de la historia. 

Su efectividad radica en su acción sobre los receptores del sistema nervioso presentes en el cuerpo humano, permitiendo que el organismo recobre el equilibrio. Tiene múltiples beneficios, entre ellos, propiedades antiinflamatorias, ansiolíticas y antioxidantes. Ayuda a reducir el dolor y las molestias ocasionales, y también los síntomas asociados a ciertas patologías crónicas. Por eso, se utiliza como complemento en el tratamiento de enfermedades como la epilepsia, la artritis o la fibromialgia, entre otras.

¿Cómo elegir mi aceite CBD?

Encontrarás el aceite de CBD en muchas presentaciones y concentraciones diferentes. Al elegirlo es importante tener en cuenta el tipo de dolor o malestar que queremos tratar y la experiencia previa que tengamos con el CBD. De esta manera podremos adaptar la concentración y la cantidad necesaria. 

Por lo general, el aceite CBD para enfermedades articulares o neurológicas suele utilizarse en su más alta concentración (alrededor de 30%), mientras que si lo que queremos es tratar un dolor leve o puntual, se recomiendan dosis más bajas (5 a 10%).

No obstante, cada cuerpo es diferente y debes empezar poco a poco (tanto en concentración como en cantidad) para ir entendiendo las reacciones y percibiendo las distintas sensaciones de tu organismo. Además, te recomendamos que consultes con tu médico las alternativas con CBD si estás siguiendo algún tratamiento.

Prueba las opciones que te proponemos en Yamnaya y retoma tu actividad cotidiana disminuyendo el malestar, la incomodidad y el desgaste. Menos dolor, mejor disposición, sensación de bienestar y mayor calidad de vida.